domingo, 20 de abril de 2008
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Somos un ejército de niños con tambores de hojalata. Hemos decidido no crecer, quedarnos en los 4 años. Tocamos nuestro tambor todo el día. Los adultos llegan y nos quitan el tambor. Pero somos miles y cuando a uno de nosotros le quitan el tambor y lo hacen adulto, llega otro niño que se pone su tambor y se une a nuestro ritmo. Ahora mismo los adultos se acercan a quitarme mi tambor. Solo me queda una cosa por hacer. Tocar con más fuerza.
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8 comentarios:
Me gusta. Esta bueno el concepto del blog.
No te preocupes, nadie te va a sacar el tambor si lo escondes y haces de cuenta que te lo sacaron.
Besos
Me gusta lo que has escrito y me encanta el subtítulo de tu blog, muy sugerente.
Respecto a tu post interpreto que asocias la infancia con la inocencia, una especie de estado de "pureza" del ser humano antes de ser corrompidos en el paso de los años por la sociedad, el mundo o como quiera que cada uno lo vea. Por lo general, no me creo mucho esa visión idílica de la infancia.
En cualquier caso, yo quiero ser un ser humano adulto que toca su tambor, les costará más trabajo quitármelo y puedo tocar más fuerte.
Te reitero que me ha encantado el post y te doy la enhorabuena.
Un saludo de Insomnia Delirata.
Se me antojan caramelos, una banca y esos niños del tambor.
de eso se trata la vida, de no dejarse sacar el tambor...
Besos
Gracias por visitar mis escombros. Te leo luego con más calma.
Que dificil, es mantenernos donde queremos y como queremos, siempre alguien viene y nos lo arrebata, lo peor es cuando lo hacemos nosotros mismo...
Toca fuerte, toca fuerte... por todos aquellos a quienes nos arrebatan dia a dia nuestro tambor
Gracias por la visita.
he de destacar su valentía al escribir un post diario. Admírole. En lo que he podido leer, no se ha sacrificado la calidad. Ahora, cómo mantener el interés en escribir a diario? Cuénteme, por favor. Salúdole.
Recomiendo a todos la película de "El Tambor de Hojalata", donde el protagonista es un niño que decide dejar de crecer, y que en toda la película sale con su tambor. Nunca se lo pueden quitar.
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