Tengo un tío boxeador. Se llama Paco y bordea los cuarenta años. Hoy peleó contra alguien cinco años más joven. En los primeros rounds todo estaba parejo, pero en el cuarto, un gancho derecho dejó mal parado a mi tío. El quinto y sexto tampoco le fue bien. En el séptimo se la jugó con todo. Dio sus golpes más furiosos, esquivaba con destreza los puños del rival. Tía Helena, su hermana menor, gritó "¡Dale Paco!" y hasta algunos espectadores se levantaron de sus asientos. Mi tío buscaba el knock out por todos los medios. Pero no fue suficiente. Cuando sonó la campanilla, el contrincante seguía de pie, dando pequeños saltos y moviendo la cabeza. Al siguiente round, mi tío recibió un gancho derecho que lo hizo tambalear, y luego un izquierdo que lo dejó tirado en la lona.
No puedo borrar de mi mente la imagen de mi tío peleando el séptimo round. Estaba hecho un animal salvaje, tirando golpes como si lo hiciera en nombre de sus padres, sus abuelos, y todos sus antepasados. Era la primera vez que veía a un hombre jugarsela toda por algo.
Pensé en batallas diarias. En hombres y mujeres durmiendo, como noqueados por algo, y poniéndose de pie al día siguiente. Sentí que tarde o temprano a todos nos tocaría tener nuestro séptimo round.
lunes, 7 de abril de 2008
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6 comentarios:
simplemente genial...
un abrazo.
me recuerda a la película de cinderella man, la última pelea de braddock,... chévere el post! pude ver la pelea de tu tio en mi mente, saludos!
un septimo round que nos espera con los brazos abiertos.
PD: Gracias por la visita. Nos leemos.
oe, no tenemos ningun tio Paco...ja, un abrazo brother!!
super eh!!! me gustó mucho y las imágenes que plasmas son muy buenas.
Saludos
round six...fight!
sí, ya sé, bien street fighter
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