martes, 18 de marzo de 2008

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Fui al cine. A los personajes les pasaban cosas serias. El esposo no regresa a casa el día esperado. La película termina cuando regresa, después de varios días. Un tema inspirado en la vida real.

Imaginé otra pantalla, donde podía ver a los personajes reales. Traté de ver la diferencia entre las lágrimas de los actores y las lágrimas de los que pasaron por la historia verdadera.

Más tardé, imaginé un mundo paralelo. Exactamente igual al nuestro. Pero habitado por actores encargados de representar con sus vidas, nuestras vidas.

Ahora que acaba el día, imagino que el actor soy yo, y que el real, está en otro mundo.

1 comentario:

Sebastiana dijo...

a veces cada decisión te vuelve un personaje paralelo en tu extraña serie de decisiones.